Historia

El complejo gastronómico La Casa del Sol debe su nombre al edificio contiguo, una construcción de estilo gótico, levantada en el siglo XV y reformada en el XVI. Lo más destacado de esta casa es su fachada, sobre la que se alza el escudo de la familia Solís; formado por un sol con rostro humano cuyos rayos son mordidos por cabezas de dragón, coronado por un yelmo de caballero.

Desde la década de los 70 la Casa Vargas-Figueroa se encontraba en desuso debido al abandono de la actividad en el inmueble por parte de la Congregación de los Misioneros de la Preciosa Sangre, actuales poseedores de la licencia de uso concedida por la Diócesis de Coria-Cáceres, titular del inmueble. 

Desde finales de 2015, la Congregación de Misioneros de la Preciosa Sangre (Provincia Ibérica) se pone a trabajar para dar una solución a la situación actual de la casa, donde viven los misioneros pertenecientes a la provincia de Cáceres (Recinto Casa del Sol).

Seis meses más tarde, en julio de 2016, se aprueba la rehabilitación de la Casa Vargas-Figueroa. A finales de 2019 abre el Complejo Gastronómico La Casa del Sol, un espacio multidisciplinar que cuenta con varios espacios diferenciados: restaurante, tapería, terraza mirador, tienda gastronómica y bodega.